La nueva política

La del diálogo, el consenso, las buenas prácticas... Cuando nació Podemos me ilusionó. Una nueva manera de hacer, un discurso diferente, un líder con carisma. Tras el batacazo en Cataluña a nadie se le escapa que el partido de Pablo Iglesias ha sufrido cierto desgaste. Pero no tengo datos suficientes para analizar el por qué. Prefiero centrarme en lo local, lo mío, lo que conozco. Son contadas las meteduras de pata de Podemos Alicante.

Y no solo porque, muy presuntamente, hayan amañado la elección del secretario general de la ciudad. Eso ya está pasado. Aunque hoy la Comisión de Garantías ha suspendido de militancia durante un año a 10 de las 11 personas (entre ellas una diputada autonómica) que componen el Consejo Ciudadano de Alicante. Ellos van a recurrir y habrá que esperar, de nuevo, la resolución para saber si la sanción se lleva a cabo. Ante todo, democracia

Tampoco porque el gabinete de prensa de Podemos Alicante actuara, sin tener todavía ningún tipo de cargo público, como si fueran los elegidos de Dios, con prepotencia y amenazas. No quiero imaginar lo que harían si tuvieran poder.

Tampoco porque confiesen, sin ningún tipo de complejo, que los diputados autonómicos por Alicante se pasan toda la semana en Valencia, razón por la que no pueden participar en programas políticos en los que cada partido explica a sus votantes qué están haciendo con la confianza depositada en ellos. Dejación de funciones lo llamaría yo.

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Todo eso se les puede perdonar. Son nuevos y aunque crean lo contrario, desconocen como funcionan los medios de comunicación.

Lo que llama mi atención es que intenten abanderar el cambio, la nueva esperanza y la oportunidad de hacer las cosas de otra manera. Hay que pensar muy bien si esta es la nueva política que necesitamos. Yo, sinceramente, lo pongo en cuestión.